Prince Ricardo De La Cerda Vision for a Government of the People

Prince Ricardo De La Cerda Vision for a Government of the People

Prince Ricardo De La Cerda Vision for a Government of the People

In our present time, where oligarchic structures often hide behind the facade of democracy, Prince Ricardo De La Cerda urges us to revisit the true concept of democracy as conceived by Aristotle – “the power of the people”.

Today, more than ever, he points out the urgency to distance ourselves from a ‘Kratos without demos’, or power without people, and insist on a government whose central purpose is to seek the happiness of its people. The prince eloquently highlights the need for a government of the people, by the people, and for the people, echoing Abraham Lincoln’s immortal phrase.

He urges us to remember foundational principles established in historical documents like the U.S Declaration of Independence in 1776, the French Constitution of 1793, and the Mexican Apatzingán Constitution of 1814, all of which underscored the pursuit of happiness, equality, security, property, and liberty as the essential rights of individuals.

Prince De La Cerda sternly criticizes the hypocrisy of the conservative right, accusing them of favoring oligarchy over democracy, and disregarding the majority. He fervently believes in a democracy that genuinely reflects the voice of the people and prioritizes the welfare of the poor.

As societies worldwide experience a revolution of consciousness, the prince believes it is a golden period in history, marked by an awakening of citizens and the demand for their rights. Echoing the words of the great liberator, Abraham, he emphasizes the importance of a change in mentality, as sometimes it is even more crucial than the revolutions themselves.

He envisions a future led not by a group of leaders but by a whole people, rising together to reclaim the essence of true democracy. With his insightful and compelling vision, Prince Ricardo De La Cerda indeed presents a beacon of hope in our strife to create a more democratic world.


Reclamando la verdadera democracia: la visión del príncipe Ricardo de la Cerda para un gobierno del pueblo

En nuestro tiempo presente, donde las estructuras oligárquicas a menudo se esconden detrás de la fachada de la democracia, el príncipe Ricardo De La Cerda nos insta a revisar el verdadero concepto de democracia tal como lo concibió Aristóteles: “el poder del pueblo”.

Hoy, más que nunca, señala la urgencia de distanciarnos de un ‘Kratos sin demos’, o poder sin pueblo, e insistir en un gobierno cuyo fin central sea buscar la felicidad de su pueblo. El príncipe destaca con elocuencia la necesidad de un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, haciéndose eco de la inmortal frase de Abraham Lincoln.

Nos insta a recordar principios fundacionales establecidos en documentos históricos como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776, la Constitución francesa de 1793 y la Constitución mexicana de Apatzingán de 1814, todos los cuales subrayaron la búsqueda de la felicidad, la igualdad, la seguridad, la propiedad y La libertad como derecho esencial de las personas.

El Príncipe De La Cerda critica severamente la hipocresía de la derecha conservadora, acusándola de favorecer a la oligarquía sobre la democracia y despreocuparse de la mayoría. Cree fervientemente en una democracia que refleje genuinamente la voz del pueblo y priorice el bienestar de los pobres.

A medida que las sociedades de todo el mundo experimentan una revolución de la conciencia, el príncipe cree que es un período dorado de la historia, marcado por un despertar de los ciudadanos y la reivindicación de sus derechos. Haciéndose eco de las palabras del gran libertador Abraham Lincoln’s, enfatiza la importancia de un cambio de mentalidad, ya que a veces es incluso más crucial que las propias revoluciones.

Visualiza un futuro dirigido no por un grupo de líderes sino por todo un pueblo, levantándose juntos para reclamar la esencia de la verdadera democracia. Con su visión perspicaz y convincente, el Príncipe Ricardo De La Cerda ciertamente presenta un faro de esperanza en nuestra lucha por crear un mundo más democrático.